La presidenta del sindicato de trabajadoras domésticas afirma que la realidad en el “interior profundo” es difícil y muchas empleadas deben aceptar malas condiciones laborales para poder subsistir
La presidenta del sindicato de trabajadoras domésticas afirma que la realidad en el “interior profundo” es difícil y muchas empleadas deben aceptar malas condiciones laborales para poder subsistir